08 Sep TU BRÚJULA INTERNA
“El secreto de la existencia humana no sólo está en vivir, sino también en saber para qué se vive” (F. Dostoyevski)
Algunas personas, en algún momento de su vida, se plantean preguntas del tipo de: ¿De dónde vengo?”, “¿Qué es lo que hago aquí?”, “¿Quién soy?” y “¿A dónde voy?”. Y prácticamente podríamos resumir estas preguntas en “¿Cuál es el propósito/sentido de mi vida?”.
A veces nos confundimos pensando que el propósito de nuestra vida es equivalente a las metas y objetivos que nos planteamos, y muchas otras nos enfangamos en la eterna discusión filosófico-religiosa del sentido de la vida.
El Propósito de Vida es una brújula interna que nos ayuda a orientarnos para conectar y vivir con aquellos valores y creencias fundamentales que nos posibilitan ser más auténticos.
En realidad, todos vivimos según un propósito, aunque no sepamos expresarlo con palabras. El Coaching ofrece la posibilidad de descubrirlo o “ponerle nombre”, es decir hacerlo tangible; de este modo podemos utilizar esta brújula interna para tomar decisiones, hacer opciones más libres que nos hacen más plenamente felices y nos llevan a conseguir nuestro éxito (del éxito ya hablaremos en otro post) personal y profesional de una forma más segura y estable.
Es verdad que “vivir con propósito”, conocer el sentido de nuestra vida, no nos lleva a vivir una dolce vita alejada de la realidad, o ensoñadoramente adormecida con la felicidad conseguida por mecanismos rápidos y a corto plazo; tampoco nos ayuda a ser ciegamente optimistas, vivir en un flower power continuo y desvinculado de las circunstancias reales de nuestra vida.
“Vivir con propósito” nos lleva a un compromiso serio (que no triste) con la realidad, con nuestras circunstancias concretas, conociendo cuáles son los valores, las certezas, las características de nuestro yo interior más auténtico, para caminar con sentido por el sendero de nuestra existencia, cualesquiera que sean nuestras circunstancias.
El propósito no tenemos que entenderlo como algo que una vez conocido ya se convierte en nuestro destino… más bien podríamos compararlo con un viaje. Al conocerlo y ser conscientes de él comenzamos a dar más sentido a nuestra vida y, al hacerlo, nos abrimos y somos capaces de comprender que detrás de cualquier acontecimiento se esconde un aprendizaje.
La brújula sirve, sobre todo, para esos momentos en que las nubes te impiden ver con claridad la ruta a seguir. Teniendo claro el lugar a dónde queremos dirigirnos y el medio con el que queremos “viajar”, será más fácil llegar sin perdernos por el camino, disfrutando de cada etapa y tomando decisiones que nos acerquen a nuestra plenitud.
¿Cuál es el sentido de tu vida? ¿Qué es aquello que ya estás viviendo y te hace sentir más auténtico, más pleno y feliz? ¿Qué sería diferente si conocieras tu Propósito de Vida?
Javier Álvarez