"Los grandes espíritus siempre han tenido que luchar contra la oposición feroz de mentes mediocres" (Einstein)

El problema radica en que, en muchas ocasiones, la mediocridad la “ponemos” nosotros mismos, está en nuestra mente, en nuestra cobardía. En nuestro caminar por  la vida,  hay momentos en que creemos tener claras las metas, los objetivos que queremos conseguir y, a veces, sentimos que nos fallan las fuerzas para conseguirlos; comenzamos con buen ritmo y, c-uando estamos a punto de conseguirlo, desfallecemos.

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