No puedes separar tu cuerpo de tu mente. El conocimiento de uno mismo, el crecimiento personal, incluso la salud-enfermedad han de ser considerados en relación a la totalidad de la persona.
Los estados de ánimo enmarcan las conductas y actitudes desde las cuales realizamos nuestras acciones y el horizonte de posibilidades. Cuando estamos en un determinado estado de ánimo, nos comportamos dentro de los parámetros que tal estado determina en nosotros.
Los estados anímicos negativos, es decir los que al prolongarse merman nuestra calidad de vida, autoestima y salud, están estrechamente unidos a nuestro ser biológico. Están en el origen de muchas dolencias y bloqueos tales como úlceras de estómago, dolor de cabeza, problemas articulares y musculares. Provocan una tensión muscular excesiva que tiene como consecuencia la disminución de oxígeno y nutrientes en el músculo, el aumento de residuos tóxicos en las células y una disminución de la percepción sensorial. Aparecen contracturas, el músculo se acorta, se hace menos elástico y se debilita.