
Hace poco tiempo volvió a caer en mis manos un artículo sobre el reino de Bután, esa pequeña monarquía constitucional del Himalaya que se encuentra entre India, Nepal y China.
El 2 de junio de 1974, en su discurso de coronación, Jigme Singye Wangchuck dijo:
"La felicidad nacional bruta (FNB) es mucho más importante que el producto interior bruto". Tenía 18 años y se convertía, tras la repentina muerte de su padre, en el monarca más joven del mundo.
Esta frase sobre la Felicidad interior bruta o Felicidad Nacional Bruta (FNB), marcó una nueva era en el “atrasado” Bután y, quizás nos abrió los ojos a los pueblos occidentales tan marcados por el desarrollo económico que medimos nuestra felicidad y bienestar mediante el Producto Interior Bruto (PIB).