Nadie nos engaña tanto como nuestro propio juicio (Leonardo da Vinci)

Susan-BoyleHace poco tiempo, viendo un concurso en la televisión, un concursante tenía que elegir a otro entre varios para retarse y alguien que estaba conmigo comentó en voz alta yo elegiría a “éste” porque estos otros tienen cara de ser más inteligentes… algunos de esos otros llevaban gafas, la mayoría iban con el pelo corto y bien peinados y tenían unos rasgos más serenos que aquel a quien mi acompañante consideraba “menos inteligente”. Estamos hablando de lo que, en 1920, Edward L. Thorndike denominó efecto “halo” y es un sesgo cognitivo estudiado por la psicología y que hace referencia a cómo la evaluación que hacemos de una persona o una circunstancia está i nfluenciada por juicios previos, de los que a veces ni siquiera somos conscientes y también cómo a partir de un rasgo particular de una persona o cosa, generalizamos a toda la persona, cosa o situación. Un ejemplo típico es considerar que una persona bella además es talentosa o inteligente o la inversa, que un hombre feo puede ser malo o peligroso y menos inteligente.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies ACEPTAR

Aviso de cookies