
Por muchos adjetivos que pongamos al
coaching (deportivo, ejecutivo, personal, de pareja, de salud…) no tenemos que perder la perspectiva de que se trata de la misma herramienta aplicada en diferentes circunstancias.
E incluso, iría más allá, desde mi creencia arraigada que
el coaching es holístico, me atrevería a decir que en cada una de estas áreas, acabamos trabajando con alguna de las otras de una manera implícita o totalmente explícita.
El
coaching aplicado a la salud pretende comprometer, involucrar y responsabilizar al paciente, es decir, conseguir una mayor adhesión terapéutica; tarea que la educación de la salud tradicional no ha logrado en algunas ocasiones.
Tradicionalmente, el personal sanitario se ha dirigido a los pacientes desde “la agenda del sanitario”; es decir, desde lo que consideraba que el paciente debía saber y hacer. Asumiendo que el profesional de salud tenia todas las respuestas, se trataba de motivar desde una fuente externa que es el profesional.