Posted at 18:30h
in
Coaching,
Metábasis,
Salud
Cuando te planteas dar la bienvenida a alguien a tu casa suele ocurrir que aparecen mil ideas sobre qué preparar, qué le puede gustar o no gustar a la persona que va a venir, qué puede necesitar, cómo hacer que viva una experiencia “inolvidable”… y, en el momento de comenzar este blog, todas estas imágenes-palabras mentales surgieron en nuestra cabeza, qué podríamos ofrecer, qué podríamos preparar para que aquellas personas que nos visitéis os llevéis un
regalo “inolvidable”.
Pero, como podéis imaginar, esto no es más que una tormenta de verano, que no una lluvia de ideas.
Cuando pasa esta tormenta te das cuenta que lo único verdaderamente importante que puede hacer que los que nos visitéis tengáis esa experiencia “inolvidable” es que seamos nosotros mismos, y que os ofrezcamos “lo mejor de nosotros”:
nuestra esencia, aquello que somos y aquello que hace vibrar las cuerdas de nuestro corazón, haciendo sonar esa música que nos acompaña en nuestra vida, que en algunos momentos es dinámica, explosiva, ocurrente y en otros relajante, placentera y sosegada.