“La gratitud de muchos no es más que la secreta esperanza de recibir beneficios nuevos y mayores” (François de la Rochefoucauld)
La gratitud genuina y otras expresiones sinceras de emociones positivas pueden crear vínculos con las personas que nos rodean a diario, ser una fuente de motivación e inspiración para ellos y mejorar nuestras relaciones.

Sin embargo, al hilo de la frase del duque de la Rochefoucauld, las expresiones falsas o buscando una finalidad específica puede causar daños en nuestro entorno, bien sea familiar, de pareja, laboral o de amistad.
No nos suele gustar que se nos manipule, ni que se juegue con nosotros y solemos captar fácilmente, cuando una persona habla desde la sinceridad, desde su propia personalidad o como manipulación para conseguir algo de nosotros.
El hecho de mostrar emociones positivas ha de estar claramente vinculado al sentimiento interno de las mismas y no a una postura forzada o como moneda de cambio.