REFLEXOLOGÍA PODAL Y ALERGIA PRIMAVERAL

Disfrutar del presente de forma sana nos hace ver el futuro con más optimismo.

Cuando oímos la palabra Primavera, a la mayoría nos vienen  a la mente imágenes de campos verdes, buen tiempo, flores, el canto de los pájaros… Todo eso es cierto, pero a muchos otros  les vendrán  otras imágenes y sensaciones como picor de ojos, taponamiento nasal, dolor de cabeza  y estornudos; y es que junto con las maravillas que nos brinda  la madre naturaleza está el polen de muchas plantas como el olivo, trigo, cebada y toda la familia de las gramíneas.

Al nacer, nuestro sistema inmunitario es inmaduro, se va perfeccionando sobre todo durante la infancia. El aprendizaje se basa en el reconocimiento progresivo de las sustancias que van entrando en contacto con nuestro cuerp0. Hay ocasiones en las que el sistema inmune de la persona reconoce el polen, el polvo u otras sustancias  como extrañas, como potencialmente peligrosas sin serlo, y reacciona frente a ellas.

El organismo liberará en la sangre una sustancia llamada histamina. La histamina tiene muchos efectos, entre los que se encuentran el aumentar la permeabilidad de los vasos sanguíneos y activar a un grupo determinado de células defensoras para que ataquen. La liberación de la histamina de forma descontrolada es la culpable de que se produzcan los síntomas de la alergia.

Cuando una persona se somete a las pruebas de la alergia, no se miraran todos los alérgenos (sustancias con capacidad de provocar alergia) posibles. Se inyecta en la piel una pequeña dosis de las sustancias alergenas más frecuentes y se mira la reacción. Suele ser  muy difícil llegar a descubrir qué sustancia está produciendo la alergia.

Existen herramientas para minimizar la respuesta alérgica. Si se conoce el agente que la provoca, existen  tratamientos como “vacunas para alergias” donde se van inyectando dosis de alérgeno a concentraciones crecientes hasta que el organismo aprenda a reconocerlo como inofensivo. Éste y otros tratamientos médicos son parte del abordaje global necesario para mejorar la calidad de vida de las personas alérgicas.

Estar  en contacto con  el alérgeno el menor tiempo posible, mantener una alimentación rica en frutas, verduras y legumbres, realizar ejercicio, y…la reflexología  van a lograr mejorar los síntomas.

Por medio de la estimulación de distintos puntos podemos lograr fortalecer nuestro sistema inmunitario, eliminar toxinas de órganos y tejidos, limpiar las vías respiratorias del exceso de mucosidad.

Para ello, centrándonos en la  reflexología podal, tenemos unas áreas reflejas principales en las cuales incidir.

Una secuencia básica de trabajo en éste caso comenzaría por el “plexo solar”, ubicado en la zona central del pie, para activar el sistema nervioso simpático y parasimpático sobre todo a nivel visceral. Continuaremos estimulando el diafragma y los pulmones, situados en la zona más distal de la planta del pie; de esta manera se potencia la eliminación de secreciones y  la disminución de la inflamación bronquial. Después pasamos al tiroides,  glándula endocrina que segrega un conjunto de hormonas comprometidas con el metabolismo, la temperatura y la energía corporal. Trabajarla ayuda  al organismo a utilizar sus propios recursos, transformándolos y regulándolos.

A continuación masajearemos todos los dedos centrándonos sobre todo en la garganta, senos nasales y pituitaria. Una vez realizado este trabajo pasamos a la válvula ileocecal, zona donde se acumulan muchas toxinas, favoreciendo su drenaje. Situados en esta zona es necesario estimular también el colon ascendente, trasverso y descendente.

El objetivo es disfrutar de una primavera plena, alegre y llena de posibilidades.

Ricardo Antequera



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