19 Feb INVIERTE EN TÍ MISMO: 5 claves para crear tu futuro
«Aquel que no sienta ganas de ser más, llegará a no ser nada» Miguel de Unamuno
La preocupación sobre cómo cuidarnos físicamente está creciendo (aunque no parece muy bien orientada en algunos casos), mientras que, la mayor parte de nosotros, no cuidamos la parte emocional y psicológica. Vivimos en un “analfabetismo emocional”.
A nivel profesional, el intenso ritmo de trabajo, el vertiginoso avance y cambio de conocimientos y técnicas y el desmoronamiento de algunos valores, hace que tengamos que adaptarnos mucho más rápidamente si no queremos “quedarnos atrás”.
Vivimos una sociedad en constante cambio y crecimiento donde la innovación y la creatividad son más necesarias que los conocimientos adquiridos y estancos.
Nosotros somos la mejor inversión que tenemos, ¿qué estoy haciendo en este momento para mejorar la inversión en mi mismo?
Quizás se te ocurran muchas ideas y me encantaría que las compartieras; yo he recogido algunas de las que a mí me funcionan y parece que a otros también, por si te pueden ayudar:
- Reinvéntate: En muchas ocasiones no es suficiente con reciclarse. A veces la luz necesaria para ver el futuro con más claridad sale de la hoguera que hacemos con muchos de nuestros conocimientos y habilidades que se han quedado obsoletas. Hemos de buscar nuevos aprendizajes más acordes con nuestros deseos, sueños y pasiones que, únicamente, con nuestras habilidades. Y no sólo hemos de reinventarnos profesionalmente. También en lo personal necesitamos esa renovación, salir de nuestras propias y anquilosadas creencias limitantes, de nuestra zona de confort hacia ese maravilloso mundo que nos espera “más allá del horizonte”.
- Refuerza tu parte emocional: Desde que Goleman comienza a hablar de la inteligencia emocional se ha recorrido un largo camino y hoy pocos podemos negarle la importancia de este aspecto, que –por otro lado- sigue estando muy descuidado. En muchos casos, el éxito personal y profesional no depende exclusivamente del conocimiento sino también de los factores emocionales y actitudinales, ya que del manejo de estas competencias dependen también nuestras relaciones.
- Potencia el equilibrio mente-cuerpo: Uno de los presupuestos operativos de la PNL es que mente y cuerpo son parte del mismo sistema cibernético. Olvidar aspectos relacionados con el descanso, ejercicio, alimentación y tantos otros, afectan de forma negativa a un elevado porcentaje de personas en todos sus ámbitos. Afecta a nuestra capacidad de aprender y entender el mundo que nos rodea, nos resta amplitud perceptiva, empatía y bloquea el cambio personal, nos hace menos resilientes. El exceso de estrés y presión rompe este equilibrio.
- Invierte con sentido: Una inversión necesita poner un recurso ahora para obtener un rendimiento mayor en el futuro. Al calcular nuestras inversiones financieras, solemos tener en cuenta los recursos con los que contamos y también deberíamos tener en cuenta el rendimiento que deseamos para esas inversiones, porque nos daría una idea de cuánto, cómo, cuándo y para qué invertir. No se trata simplemente de invertir dinero en nosotros mismos, por recursos entiendo tiempo, energía, relaciones… Una buena inversión siempre tiene que tener un sentido por detrás, un objetivo.
- Utiliza tu energía para el cambio: El cambio personal al igual que el cambio empresarial requiere un esfuerzo y un gasto de energía. La motivación que nos hace cambiar en el ámbito personal es ser más felices y en el ámbito profesional suele ser la voluntad de hacer nuestra actividad mejor y de forma más efectiva. Y aunque esto es un objetivo que tiene la mayoría de personas, la motivación requerida para efectuar los cambios necesarios suele ser insuficiente. Aquellos que han encontrado en su vida y en su actividad profesional cierto sentido y trascendencia tienen este plus de energía. Lo cotidiano nos desgasta, es importante parar y recordar qué es lo que nos motiva e impulsa. Ahí radica el sentido de nuestra felicidad.
Hemos de cuidar el continente y el contenido. Nos hemos de cuidar íntegramente y hay que pasar del pensamiento y de la creencia a la acción.
Qué “rendimiento”, qué objetivo te has propuesto y en qué fecha? Qué quieres conseguir con ese objetivo que te has propuesto? Qué recursos y cómo estás invirtiendo “en ti mismo”?
Javier Álvarez