El sentido del humor es la clave de la belleza”  Julia Roberts

Rosana Kreimer, en su libro Artes del buen vivir, afirma que “el sentido del humor es el término medio entre la frivolidad, para la que casi nada tiene sentido, y la seriedad, para la que todo tiene sentido”. El sentido del humor, junto al sentido común, es uno de los “sentidos” que más se va atrofiando en una sociedad en la que una de las frases más extendida es que “la cosa está muy mal”. Ante una frase como ésta resulta difícil oponerse, aunque, en realidad, muchas personas no tienen demasiado claro a qué se refieren con esa “cosa”. Al ser algo tan genérico pasa a formar parte del lenguaje “arquetípico” y cualquiera de nosotros siempre tendrá un pequeño “punto negro” que no ande tan  bien y que pueda introducirse dentro de “la cosa”. Las frases lapidarias como ésta tienen tanto poder porque tocan nuestras emociones y nuestras creencias más profundas y abren ese agujero negro que el fatalismo ha puesto en cada uno de nosotros.

Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud” (Aristóteles)

La salud es difícil de definir y suele entenderse como un estado ausente, contrario o carente de enfermedad. La OMS definió en 1948 la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. En cualquier caso, y haciendo referencia a la frase de Aristóteles, no basta con desear tener buena salud para conseguirla. Hay que ser consciente del estado propio y del resultado que se desea obtener para establecer los pasos y decisiones que le acerquen a él. Se trata de responsabilizarse del propio proceso vital.

No puedes separar tu cuerpo de tu mente. El conocimiento  de uno mismo, el crecimiento personal,  incluso la salud-enfermedad han de ser considerados en relación a la totalidad de la persona. Los estados de ánimo enmarcan las conductas y actitudes desde las cuales realizamos nuestras acciones y el horizonte de posibilidades. Cuando estamos en un determinado estado de ánimo, nos comportamos dentro de los parámetros que tal estado determina en nosotros. Los estados anímicos negativos, es decir los que al prolongarse merman nuestra calidad de vida, autoestima y salud, están estrechamente unidos a nuestro ser biológico. Están en el origen de muchas dolencias y bloqueos tales como úlceras de estómago, dolor de cabeza, problemas articulares y musculares. Provocan una tensión muscular excesiva que tiene como consecuencia la disminución de oxígeno y nutrientes en el músculo, el aumento de residuos tóxicos en las células y una disminución de la percepción sensorial. Aparecen contracturas, el músculo se acorta, se hace menos elástico y se debilita.

Estamos en pleno  verano. Se nos abre un mundo de posibilidades para interactuar con la naturaleza, disfrutar del ocio y del deporte. El ejercicio físico es una buena manera de mejorar nuestra calidad de vida, llenar nuestro tiempo y mantenernos activos. El escenario donde vamos a llevar a cabo estas actividades es muy importante. La playa, el mar, la naturaleza… son ideales para lograr un estado de tranquilidad y relax adecuado, que se fomentará al eliminar tensiones a través del ejercicio. Ventajas:

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